Dieciséis días.
No es que él haya derribado todos sus muros, fue Jimin quien lo hizo desde el primer momento en que se vieron.
Jungkook despertó sintiendo su brazo dormido, sonrió al ver al rizado pegado a su pecho, seguía dormido y se miraba tan jodidamente tierno.
Acarició su mejilla y dejó un beso en su frente.
Viendo a Jimin dormido pudo pensar en dos cosas: 1. Ya no puede estar lejos de él y 2. Él ya no quiere estar lejos de él.
A decir verdad que ver como su madre pudo conectar tan bien y rápido con Jimin lo hizo sentirse muy bien, a su mamá le pasó lo mismo que a él, amar desde el primer instante al rizado.
Viéndolo ahí bajo sus brazos y sobre su pecho, viéndose él en esas posiciones que siempre evitó durante años, piensa que ya es momento de aceptar que si le gusta Jimin. No solo en el lado sexual, le gusta Jimin como para ir a comer un helado al parque, para prepararle su taza de café aunque a él no le guste, le gusta Jimin de la manera en que aprendería todas sus manías.
Comenzó a dejar besos por todo el rostro del rizado, esta vez haría lo que sentía, no quería reprimir más lo que el menor causaba en él, así sea que tenga nuevamente un corazón roto.
—Despierta, ya es tarde y no hemos cenado.
—Cinco minutos más —se quejó abrazando más al ojiazul.
—No seas dormilón, acordamos ver películas, ¿quieres qué consiga helado de vainilla y chocolate para ti?
—¿Postre? Te prefiero a ti.
El castaño sonrió ante la actitud que tenía su chico.
—Jim...
—De acuerdo, ¿tenemos que ir a la sala?
—¿Quieres quedarte aquí?
—Sip.
—Bueno, deja que traigo las cosas, ve encendiendo el televisor y elige lo que quieras ver, están todas esas estúpidas plataformas.
Jimin vio a Jungkook salir de la habitación, miró todo a su alrededor y se dio cuenta de lo que estaba sucediendo. Hace una semana y cinco días había llegado a ese club en busca de solo placer por su deseo sexual pero ahora está compartiendo la cama con Jungkook, están a punto de ver películas y cenar pizza.
Doce días en los que su vida ha cambiado de una manera muy drástica. Estando ahí en la casa de Jungkook y en esas condiciones solo puede sentirse completo, sabe que lo de ellos ya no es sólo un trato informal para complacerse sexualmente.
Está aceptando que lo que siente por Jungkook va más allá que solo estar enredados entre sábanas.
Sonrió recordando que el mismo Jungkook le pidió contar este día como su primera cita; aunque ha evitado hacerse ilusiones le es imposible. Entonces las dudas entraron en su mente. ¿Qué sentirá Jungkook? ¿Sus sentimientos serán mutuos? ¿Qué piensa él acaso?
Se acostó nuevamente en la cama una vez que encontró el control remoto del televisor, buscó Disney entre las plataformas que se mostraban y buscó alguna película.
No sintió cuando el mayor entró en la habitación con la pizza, bebidas y algunas golosinas.
—No encontré helado pero prometo tener para la próxima.
El rizado tan solo le sonrió.
—¿Está todo bien Jim?
—Si, es solo que este día ha sido increíble, gracias Kook.
—Gracias a ti por aceptar, por cierto tu ropa ya está limpia y seca, la dejé en la sala porque no podía traerla ahora.
Jungkook se acomodó en la cama colocándo todo lo que había llevado. Jimin se acurrucó bajo su brazo y los dos comenzaron a comer mientras la película iniciaba a proyectarse.
A Jungkook poco le importó sus sábanas blancas, solo quería que Jimin se sintiera cómodo.
Dejaron de pensar en lo malo que podía suceder y decidieron disfrutar de la compañía del otro. Eso hasta que el castaño se dio cuenta de lo que estaba pasando, el miedo regresó a él. Recordando su pasado y las muchas veces que ha dicho que no debe enamorarse, sabe que teniendo a Jimin de esa forma le está dando el poder de acabar con él en cualquier momento y eso solo lo hizo asustarse.
Una vez que la película llegó a su fin y que terminaron de comer casi todo; Jungkook se encargó de poner las cosas en su mesita.
El rizado se estiró en la cama sin ser consiente de lo que dijo —No quisiera irme nunca, pero mañana tengo que trabajar.
—¿No quisieras irte? ¿Por qué no renuncias? —bromeó.
—¿Otra vez? —se rió—. Estoy seguro que mi nuevo jefe será mucho mejor que el anterior.
—¿Tú crees? —se acercaba aún más a él hasta dejarlo bajo su cuerpo.
—Hoy por ejemplo me dio el día libre y tuvimos una cita —dijo sonriente mientras robaba un beso a su amante.
—Sabes que esto no está bien, ¿cierto? Ambos estamos aquí e hicimos todo eso y, ¿no te asusta?
—Un poco pero viéndote hace que todo se sienta correcto.
—Esto es un error, yo no quiero que pienses que tendremos una relación o algo así, no puedo.
—¿Error?
—No me quiero enamorar Jimin, no otra vez.
El rizado se acomodó hasta sentarse y Jungkook hizo lo mismo.
—Entonces hay que evitar tener todo esto, volver a lo del principio, solo vernos unas horas en ese hotel, que me folles y después irte dejándome esperar un estúpido taxi.
—Jimin.
—Escucha, no sé que sientes ni que piensas pero estoy cansado que todos me ilusionen y me traten bien para después decirme que no quieren nada serio, solo una follada, ¿por qué piensas que es lo que hacía? Para evitarme toda esa mierda del no eres tú soy yo, ¿eso dirás ahora?
Jungkook no respondió, ni siquiera se atrevió a verlo al rostro.
—Es lo que pensé, renunciaría al trabajo pero lo necesito, descuida que nadie sabrá lo que ha pasado entre nosotros, ni siquiera las folladas —dijo levantándose de la cama—. Iré por mi ropa y me voy, de todos modos gracias por este día, eres el primero en hacer algo así de lindo por mi a pesar de solo querer cogerme.
Jungkook apretaba sus labios queriendo decirle que no solo lo quiere para eso, que no es un error, pero solo se quedó ahí tratado de controlar su respiración.
Escuchó a Jimin irse y no fue por él.
Jimin salió de ahí con lágrimas rondando por sus mejillas, ¿cómo pudo ser tan idiota? Creyendo que esta vez podría funcionar con alguien, que podía funcionar con Jungkook.
Subió a un taxi y llegó a su casa.
El miedo que existía entre sus sentimientos parecía ser más grande que cualquier otra cosa, ese miedo de fallar y de equivocarse nuevamente, ese miedo de repetir la historia.
Ninguno de los dos pudo dormir esa noche.
✧✦✧
Pasaron dos semanas y dos días exactamente desde que tuvieron su primera cita y a la vez que quedaron en malos términos.
Dieciséis días en las cuales se han evitado, ni siquiera se han atrevido a dejarse un mensaje.
Todos esos días les costó despertar a ambos para ir a sus trabajos.
Jimin pensaba que iba a renunciar en cualquier momento, pero antes debía buscar empleo en otro sitio.
Jungkook por su parte estaba en un debate interno en si dejar ir o no a Jimin.
No se habían encontrado durante el día, Jeon evitó bajar a la cafetería y Park claramente no tenía nada que hacer en el piso de las oficinas.
El castaño nuevamente estaba hundiéndose en documentos para olvidarse de su crisis sentimental. La puerta como siempre fue abierta y sus dos amigos riéndose a saber de qué lo hicieron alzar la vista hasta ellos.
—¿Podrían cerrar sus malditas bocas?
—Y nosotros que estábamos preocupados por ti, no respondiste en todo el día ayer.
—Namjoon tiene razón, no nos hables feo tonto.
—¿Qué quieren? —preguntó con fastidio, evidentemente no estaba de humor.
—Pues decirte que tu elección para el nuevo chef fue la mejor, fuimos a desayunar y creo que mi paladar tuvo un orgasmo al probar lo que había hecho.
—Jin tiene razón, aparte que es un chico muy atractivo, ¿ya lo viste? Hoy andaba totalmente ardiente con esos pantalones ajustados.
—Nam, deja de acosar a nuestros empleados —dijo evitando sonar celoso.
—No soy ciego, tampoco es que estaba queriendo llevarlo a la cama, aunque honestamente no sería mala idea, el chef está buenísimo —bromeó el morocho.
—Y es tan amable, me sirvió dos veces mi taza de café, definitivamente la cafetería es mejor con él.
—¿Ya acabaron? —comentó con fastidio.
—Jeon, veníamos a decirte que fueras almorzar con nosotros, ya no es necesario ir a ese estúpido restaurante de la otra calle.
—No tengo hambre.
—Aunque sea acompáñanos.
Jungkook tenía dos opciones:
1. Quedarse ahí y seguir imaginando a Jimin.
2. Ir a verlo y comprobar lo de sus ajustados jeans.
—¿Dejarán de joder mi vida si voy?
—No te lo prometemos pero se hará el intento, vamos.
Los tres salieron de ahí directo a la cafetería. Jungkook quiso ignorar el remolino en su estómago una vez que entraron.
—Bueno, yo si quiero ver al chef así que pediré que sea él quien nos atienda —dijo Namjoon.
—Déjalo, ha de estar ocupado no molestes Kim.
—Que humor de mierda que te cargas, tal vez verlo te ayude.
—¿Desde cuándo no follas? Nos has rechazado las invitaciones al club así que supongo no has sacado tu mal humor por tu pene, mira a este chico, quizás sea bueno para que te desquites las ganas un momento.
—Eso implicaría despedirlo, no le hagas caso a Namjoon —dijo Jin.
—Jungkook piensa que no ver a sus conquistas de unas horas hará que todo sea fácil, para mi que eso es una farsa, es decir yo te veo todos los días y...
Jin comenzó a toser y Namjoon se calló de golpe, Jungkook tan solo los vio divertido y confundido.
—Ustedes dos tienen tanto que contarme, pero lo dejaremos para después, ahora no tengo cabeza para molestarlos.
Los dos se sonrojaron, aprovechando que Yugyeom había llegado para distraer la atención de ellos.
—¡Yugyeom! Que sorpresa que estés aquí —saludó el ojimarrón.
Jungkook nuevamente los vio mal a los dos.
—Hola chicos, fui a buscarte Kookie pero no estabas y me dijeron que te vieron aquí.
—¿Quién fue para despedirlo? —respondió el castaño.
Todos se rieron creyendo que había sido una broma.
—Nosotros estábamos por almorzar, ¿quieres quedarte?
—Gracias Nam, la verdad que escuché que tienen un buen chef aquí en la empresa.
—Jungkook lo descubrió.
—¿Si? Vaya, eso si que es bueno.
Jeon suspiró, no quería estar cerca de Yugyeom, tan solo había aceptado ir por ver a Jimin, quien se había acercado a atenderlos por petición del morocho.
—Hola, me dijeron que querían que los atendiera yo —habló Jimin sonriente, sonrisa que se le borró al ver a Jungkook.
—Si, mira esta vez trajimos al jefe —bromeó Namjoon.
—Un gusto señor —dijo queriendo sonar indiferente.
Jungkook no pudo decir nada, tan solo pudo observarlo de pies a cabeza.
Sintió la mano de alguien tocar la suya y vio que Yugyeom se había sentado a la par de él, ya que se dio cuenta de la mirada que ambos se daban y eso lo hizo sentirse celoso.
—¿Necesitas algo? —preguntó sonando molesto.
—Quería estar cerca tuyo, ¿te sientes bien?
—Lo estaba hace un momento.
—Jungkook, quiero invitarte a salir.
Jimin estaba presenciando todo, desde que el chico atrevido tocó la mano de su Jungkook hasta escucharlo que lo quería invitar a salir.
—Si me permiten, debo retirarme, no me siento bien así que le diré a uno de mis compañeros que los atienda.
—¿Estás enfermo? —preguntó Jungkook sin importarle el resto.
—Señor, no se preocupe.
—No fue lo que pregunté.
—Jungkook, el chico acaba de decir que no te preocupes.
—Yugyeom, es con Jimin, no te metas en pláticas de adulto.
—¿Qué te pasa?
—Pasa que estoy cansado, solo necesito saber si uno de mis empleados está enfermo para reemplazarlo.
—Como haces con todo —susurró Jimin sin ser consiente que fue escuchado por Namjoon.
—Bueno, ve tranquilo chico, cocinas excelente y descuida que no vas a perder tu trabajo —dijo el morocho guiñándole un ojo.
Jimin solo le sonrió y salió de ahí.
Jungkook estaba echando humo por sus orejas. Ahora no sólo no vio mucho tiempo a Jimin sino que no sabe si está enfermo.
—Tengo que irme.
—¿No vas a comer?
—No Jin, les dije que no tenía hambre, nos vemos.
Salió de la cafetería, fue a su oficina, no dejaba de ver su reloj, le dijo a su secretaria que debía salir por asuntos de trabajo, reunirse con un socio de manera informal y que si sus amigos preguntaban les dijera que no sabía nada de él.
Tomó sus cosas y se fue al estacionamiento, subió a su auto, vio que tenía aún el ramo de flores que le había dado a su Jimin, ya que cuando llegaron a su casa olvidaron bajarlo y él no quería tirarlas a la basura porque había gastado dinero en ellas, no es porque le recordaba la sonrisa y los ojos brillantes del rizado cuando las recibió, claro que no.
Salió de su empresa y se estacionó a cierta distancia, sabe que está actuando como un estúpido loco pero eso a estas alturas poco le importa.
Vio salir al rizado, como lo supuso, sonrió al verlo con su bolso y revisando su celular, es tan hermoso, pensó.
Notó que se había quedado parado viendo a los lados, arrugó su entrecejo cuando se subió a un auto, que claramente no era un maldito taxi.
Golpeó el volante y sin pensarlo dos veces dio marcha en seguir a Jimin.
✧✦✧
—Has crecido demasiado, mírate.
—Un poco, hace años que no nos veíamos.
—Lo sé, todo ha estado de cabeza pero lo hemos sabido resolver, ¿sabes? Las cosas de dos funcionan si ambas partes ponen de su esfuerzo.
—Supongo que así debe ser, gracias por venir por mi Eunwoo.
—No hay de qué, además tenía ganas de ver a mi chico bonito.
—¡Oh por favor! Olvida eso —dijo avergonzado.
—Imposible, por cierto que tal tu trabajo, Taehyung me dijo que eras mesero.
—Si bueno, hace dos semanas que soy chef solo que no lo había dicho, porque conseguí el trabajo de una forma poco convencional.
—¿Si?
—Es complicado.
—No te preocupes, cuéntalo cuando estés listo, por cierto, a todos les dará gusto verte de nuevo, me dijeron que tienen como dos o tres meses de no verte.
—No he podido visitarlos.
La conversión siguió dándose, Jimin se sentía tranquilo pues ver a personas como Eunwoo lo hacían recordar su antigua vida y como esas personas estuvieron para él en todo momento.
Llegaron a un parque, Jimin bajó del auto y caminó a la par de Eunwoo hasta llegar a la mesa en donde estaba Taehyung.
—¡Llegó Minnie!
Todos dejaron de hacer lo que hacían y llegaron hasta donde estaba para saludarlo.
—Hola, de verdad estoy feliz de verlos —comentó muy sonriente. Eunwoo se acercó a él y esta vez lo abrazó ya que no lo había podido hacer cuando pasó por él en la empresa.
—Ahora si puedo saludarte como es, te había extrañado mi chico bonito —dijo Eunwoo.
Jimin estaba por responder pero haber escuchado esa voz hizo que todo en su mundo se detuviera aunque sea por unos segundos.
✧✦✧
Por supuesto que perseguir a Jimin no es estar loco, él simplemente quería asegurarse que estuviera bien y no enfermo.
Vio que el vehículo se estacionó en un parque, lo vio bajarse y caminar a la par de ese imbécil, según él.
Se bajó de su auto y caminó a cierta distancia para poder siquiera escuchar algo de lo que hablaban pero no lo logró.
Reconoció a Taehyung pero no a los demás que estaban en la mesa y que saludaron a Jimin.
Quería irse pero entonces vio como ese tipo se abrazó a Jimin, así que su impulso fue ir hasta donde estaba él. Lo escuchó decirle que lo había extrañado y que lo llamó "chico bonito" y eso lo hizo sentir que tenía fuego en su interior.
Ni siquiera pensó dos veces antes de hablar y hacerse notar.
—Creí que estabas enfermo chico bonito.
—¿Jungkook? —Jimin reaccionó y pensó estarse volviendo loco por ver a Jeon ahí. El castaño lo tomó suavemente del brazo alejándolo de los demás.
—Quería asegurarme que no estuvieras enfermo pero veo que estás muy bien —dijo sonando indiferente.
—Espera, ¿me seguiste?
—¿Qué? No, claro que no, fue casualidad que estuviera caminando por aquí.
—Dijiste que querías asegurarte que estuviera bien.
—¿Eso dije? No lo recuerdo, de todos modos te ves muy bien así que, supongo que no hay de qué preocuparse.
—Te dije que no te preocuparas.
—Si, ahora lo veo, supongo que tu novio te ha hecho sentir mejor —escupió sintiéndose celoso.
—¿De qué mierda hablas?
—Que solo han pasado dos semanas desde que no nos vemos y tú ya tienes a alguien más, ¿así funcionas Jimin? —habló sin importarle que los demás veían toda la escena.
—¿Eres idiota? Que yo sepa tú y yo no tenemos nada, ¿lo olvidas?
—¡Mierda! ¿Cómo quieres que lo olvide? Tú y yo tenemos todo, este tipo ni siquiera ha de saber cuál es tu helado favorito.
—¿Y eso qué tiene que ver? No te entiendo, eres un imbécil que dice una cosa y luego actúas de otra, ¿qué piensas que soy? ¿Un maldito juguete? Vete a la mierda Jungkook y deja de hacer un escándalo delante de mi familia.
Estaba por responder pero Sooyeon llegó hasta donde estaba su hijo, ya que lo conocía bastante bien y sabía que quería llorar.
—Hola, la comida es por aquí, vengan —dijo amablemente.
Jungkook se quedó en su lugar, nuevamente tomó la mano de Jimin pero este la quitó de un solo golpe.
—¿Tu familia? Espera, ellos, todos ellos son... ¿familia? —preguntó sintiéndose estúpido, Jimin no le contestó, Taehyung llegó hasta donde ellos y fue quien respondió.
—Él es Eunwoo y es el cuñado de Jimin, o sea; el esposo de Jihyo, su hermana y pues ya que estoy presentando, ella es Sooyeon y él es Yeongyu; sus padres.
Jungkook sintió como la sangre le salía por el cuerpo sintiéndose un completo idiota, ¿en qué pensaba?
—Hola, soy Jungkook y lamento haber arruinado su tarde yo solo...
—Estás celando a mi hijo —dijo Sooyeon.
—No mamá, el señor no puede sentir celos de alguien como yo.
Los Park, Eunwoo y Taehyung no entendían absolutamente nada, pero estaban seguros que sentían algo el uno por el otro.
—Jimin, ¿podemos hablar? —preguntó avergonzado.
—No.
—¿Quieres quedarte a comer? —preguntó Yeongyu.
Jimin lo vio mal pero no dijo nada, sus padres siempre han respetado lo que él ha hecho con su vida. Sabe que no van a sermonearlo por lo que acaba de pasar con Jungkook pero de igual forma se siente extraño porque su familia ahora conoce al chico de ojos azules con quien ha estado follando algunas veces y de quien no puede dejar de enamorarse cada día.
—Me encantaría señor pero no quiero incomodar yo, de verdad lamento haber venido.
—Descuida, será un gusto conocer mejor al novio de mi bebé —dijo Sooyeon sonriente.
—Jungkook no es mi novio, solo es un imbécil.
—Pues no puedo ser novio de alguien que no me entiende.
—¿Ahora soy yo quién no te entiende? No es mi culpa que no sepas explicarte bien.
Tampoco es mi culpa estar tan asustado por todo lo que estoy sintiendo por ti. Pensó pero nuevamente no dijo nada.
—Ya hasta se parecen a Eunwoo y Jihyo cuando discuten y eso que no se han casado —dijo Taehyung, los hermanos Park lo vieron mal y él tan solo se rió.
—Bueno chicos, hay salchichas así que, ¡a comer! —dijo Jihyo tratando de alivianar el ambiente.
Jungkook si se quedó, no sabe porqué pero está ahí compartiendo con los Park. Hablando con Yeongyu, Taehyung y Eunwoo acerca de cosas sobre su empresa y sobre autos.
Mientras que Jimin está intentando aniquilar la salchicha de su plato creyendo que es el pene de Jungkook y todo porque se siente furioso.
—Si sigues viéndolo de esa forma se va a desgastar —se burló su madre.
—Nos odiamos mamá, ¿por qué le pediste quedarse?
—Bueno, él tampoco intentó irse —dijo su hermana.
—No le veo lo malo —comentó Sooyeon.
—¡Todo! Solo míralo ahí sonriente, ni siquiera parece darse cuenta que es con mi familia que está hablando.
—Es extraño que se odien pero a él se le ve cómodo estando en familia, ¿no lo crees?
—Es un idiota.
—Pero te gusta —acusó su hermana.
—¡Claro que no! No puede gustarme alguien como él, es decir, si es atractivo y sus ojos son muy hermosos, ni hablar de su sonrisa pero, no me gusta, además es un estúpido loco que me confunde mucho.
Sooyeon y Jihyo sonrieron entre sí, conocían a Jimin.
—Minnie —llamó Taehyung—. ¿Podemos hablar?
Los dos se separaron de la mesa para poder charlar tranquilos.
—Antes que nada, no, no tengo nada con ese estúpido y desde hace dos semanas estoy trabajando en su empresa, soy chef, yo lamento no habértelo dicho antes pero eso no quiere decir que las cosas con Jungkook hayan cambiado, él sigue buscando sexo.
Dijo soltando de golpe todo. Taehyung tan solo lo abrazó.
—Descuida, no venía a hablar de eso, más bien quería decirte que invité a Jungkook esta noche a ver el partido con todos y pues aceptó.
—¿Qué? ¿Por qué lo han invitado? Fue suficiente con tenerlo ahora aquí.
—Bueno, él dijo que amaba jugar fútbol y resulta que le vamos al mismo equipo así que tu papá hizo una apuesta la cual tenemos que ganar y hoy vamos a ver el partido en casa de tus padres así que; es eso, yo me iré con Eunwoo y Jihyo, así que tú te puedes ir con él en su auto.
—De ninguna manera, no me iré con ese imbécil.
—Pero él no conoce la casa de tus padres, debes guiarlo.
—Llévalo tú, fue tu idea ¿no?
—Ay no seas aburrido, dijo que iría a vestirse y ya regresaba, no se despidió de ti para no perder más tiempo, pasará por ti en veinte minutos.
Jimin no podía creer lo que estaba oyendo, ¿su familia junto a Jungkook?
Por supuesto que todo estaba saliéndose de control, no podía creer que el castaño siguiera entrando más en su vida como si eso fuese posible.
Resopló sin ganas, no tenía de otra más que aceptar. Ayudó a su familia a recoger las cosas, las metieron al auto de sus padres y los vio marcharse, ya que ellos se encargarían de comprar algunas cosas para pasar la noche.
Vio a Taehyung casi correr al auto de Eunwoo una vez que Jungkook regresó, sería un largo camino en compañía del ojiazul y no sabe si está preparado para eso.
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